viernes, 4 de junio de 2010

Categorías de lo neuropolítico, primera temporada


Guillermo Jorge Federico Hegel −estrella invitada para la gala de reapertura del Teatro Colón− luce una levita impecable, el pelo pelado desordenado, engalanado por una serie armónica de tics neuróticos adecuadamente sincronizados, vagamente parecido a Oliver Stone, toma un secreto trago de una petaca mental y lee, sólo lee:

"El Estado en cuanto espíritu se diferencia, en las determinaciones particulares de su concepto, de sus modos de ser. Consideremos un ejemplo tomado de la naturaleza. El sistema nervioso es lo que propiamente constituye el sistema sensorial; es el momento abstracto, que tiene en su interior su identidad consigo. Pero el análisis de la sensación revela dos aspectos, que se dividen de manera tal que ambos aparecen como la totalidad del sistema. El primero es el sentir abstracto, el permanecer consigo, el cerrado movimiento sobre sí, la reproducción, la alimentación, la producción y digestión interiores.El segundo momento consiste en que a este ser consigo mismo se le enfrenta el momento de la diferencia, el salir hacia el exterior. Es la irritabilidad, el salir hacia fuera de la sensación, que constituye un sistema propio. Hay clases zoológicas inferiores que sólo han desarrollado este momento, y no la unidad anímica de la sensación. Si comparamos estas relaciones naturales con las del Espíritu, habría que equiparar la familia con la sensibilidad y la sociedad civil con la irritabilidad. El tercer momento es el Estado, el sistema nervioso por sí, en sí mismo organizado, que es sin embargo viviente sólo si los dos momentos anteriores, en este caso la familia y la sociedad civil, se han desarrollado en su interior. Las leyes que los gobiernan son las instituciones de la racionalidad que aparecen en ellos, pero el fundamento, la verdad última de estas instituciones, es el Espíritu, que es su fin universal y su objeto sabido. La familia es también algo ético, pero allí la finalidad no existe como una finalidad sabida; en la sociedad civil la división es, por el contrario, lo determinante.”

[aplausos. mucha gente de pie]

- Muy bien, señor Hegel, excelente fundamentación orgánica de nuestro Estado moderno Leviatán. Muchas gracias.... ¿Hay posibilidad de algunas preguntas de los periodistas? Sí? Bien, me dicen que tres nada más, por favor, porque el señor Hegel está recién resucitado como parte de un programa especial para los festejos del bicentenario de superavanzada crioclonación postmental a partir de tejido cerebral muerto exhumado de grandes filósofos del pasado.

- Acá!

-Sí, allá al fondo... (por favor, somos muchos, les pido que mantengamos la calma y el silencio reverencial que el artificial-recién-resucitado ilustre luminaria pensador) Allá, si es tan amable, pregunte!

- Gustavo Sylvestre, de Todo Noticias, parte de Grupo Clarín. Señor Hegel, para aplicar su teoría a la Argentina actual, ¿podría decirse que el sistema nervioso de los Kirchner está paranoico y crispado? ... Responda a la pregunta, Hegel... (acérquenle el microfono).

Un hilo de voz limado por modulación-residuo de accidente cerebrovascular en proceso no remitido farmacológicamente, oportunamente ecualizado por la súper excelente acústica del Colón, escuchado en cadena nacional e intercontinental, qué es lo que dice Hegel, dice: "ernestina herrera de noble, a vos se te viene la noche, en la que todos los gatos son negros ".

Inmediatamente, la primera fila de funcionarios del PRO antes babeaba de placer intelectual pero tenía ahora la cara de pánico que puso Jonás cuando vio sobre sí la inmensidad de un cielo de costillas de Leviatán. Mauricio Macri mira para abajo, sosteniendo el peso de su cabeza sobre dos dedos de su mano izquierda que se agarran al sitio donde el tabique se junta con la frente y con la enfermedad mental, y piensa: “fucking hegel", y Horacio Rodríguez Larreta, sin haber logrado cerrar todavía la boca, abre la tapita de su celular y se queja a un asesor: “justo a Hegel tuvieron que traer…”