A 50 años de la publicación de Naked Lunch, el tío Willy vuelve a darnos la clave de otro acontecimiento clave de la mas candente contemporaneidad: el problema de disfunción léxica severa que afecta al actor Mariano Martínez en estos días de gripe porcina N1H1, Buenos Aires, Aryentina. Los amantes de las interconexiones ocultas podrían hacerse un festín desnudo con la vida de este joven galancito promovido por el Grupo Clarín (en la última shit-com del ruso Suar en el 13). En primer lugar, nació en 1978, en plena dictadura. En segundo lugar, ya hacía trabajo infantil antes de cumplir 15, de hecho, ya trabajaba repartiendo volantes y pizzas A LOS 14 AÑOS!!! Luego, debutó como actor en “La nena” (1995), donde interpretaba al novio de una menor de edad, y por lo tanto, era un pedófilo [Luego se supo que Valeria Britos en realidad tenía en ese entonces 35 pero una edad biológica de 15; pero en ese caso las fronteras del derecho se trasladan más hacia el borde, a medida que surgen nuevos delitos epocales: en efecto, ¿no deberíamos llevar a Mariano Martínez a la corte como el primer acusado de biopedofilia? (y no disminuiría la pena el hecho de que el actorcito tuviera 16 años: por el contrario, para la nueva categoría criminal de la biopedofilia, corre como agravante, pues como era más joven por lo tanto era más intensa su perversidad polimorfa) (pero, un momento, si mariano martinez tenía 16 y valeria britos tenía 35, entonces hemos descubierto a la pedófila encubierta: tras esa cara de niña se oculta una biopedófila bioencubierta en un tejido celular mucho menor que ella?) valeria britos, cuantos años tenés ahora? seguís haciéndote la teen para darle masa a menores de edad? Vas a caer, Valeria, you’re going down, bitch! Volviendo a Martínez, y por si todo esto fuera poco, está claramente involucrado en el triple crimen que puso al desnudo el parador con llegada mexicana de su padre (Riki Martinez) en la ruta de la efedrina: laboratorios, engendros, producción y venta clandestina de fármacos, contactos con mexicanos contagiados de gripe porcina, tráfico de material bacteriológico, peculiarmente un virus que luego habría de explotar akí, sí, el N1H1: estás hasta las manos, Martínez! Además ya la cosa se puso evidente!! ¿Acaso no vimos sus últimas “estrategias dramáticas” en la composición del personaje de “Segundo” −ese joven con cara de niño rico listo pero que habla como un mogólico villero con la edad mental de un pendejo de siete años−?¿Cómo explicar eso, si no es a través del contagio de alguna cepa muy jodida del N1H1, que le está afectando los lóbulos frontal y temporal, que localizan el control derebral del habla y del pensamiento racional?
En fin, sólo esto puede explicar lo que le está pasando a mariano martínez, a saber, la propagación de algo no viviente que, al introducirse en el organismo, usurpa las características de lo vivo y se confunde con él. Al respecto véase lo que dice w.b: “recordemos el ciclo vital de un virus… penetración de una célula o activación dentro de la célula, replicación dentro de la célula, huida de la célula para invadir otras células, huida del huésped para infectar a otro huésped” (William Burroughs, La revolución electrónica, Buenos Aires, Caja Negra, 2009)
en suma, todo se pone posthumano; como esos personajes babosos y succionadores en los que se transforman algunas máquinas cotidianas en la versión de lynch del almuerzo desnudo, mariano martínez está siendo autochupado por su propia máscara, el mogólico de Segundo, la última metamorfosis del virus en su vuelco espectacular, en su tinellización, cuando no contento con controlar las funciones vitales de la nación-huésped que ha colonizado pretende expandirse en sus mentes según la inoculación capilar de las telecomunicaciones… pero no hay que temer! sólo esperar a que se vaya la pandemia y vuelva de su extrañamiento un definitivo mariano martínez en sí y para sí!!
Ministerio de Asuntos del Espectáculo
